Dulce y salado alrededor de las festividades de abril
El día de San Jorge y la Semana Santa mueven a los oscenses a compartir tradiciones alrededor de una mesa.

El mes de abril comienza con la mitad de la Cuaresma, periodo en el que la gastronomía oscense se caracteriza por ser frugal y basarse en el pescado para cumplir los preceptos de ayuno y abstinencia. Llegada la Semana Santa se va volviendo a la normalidad culinaria y surgen tradiciones alrededor de la alimentación.

Las torrijas son el postre típico durante la Semana Santa. Lo mejor es hacerlas con el pan del día anterior para que tengan más consistencia. Cortaremos el pan en rebanadas y las mojaremos en leche. Después, las rebozaremos con huevo y las freiremos con aceite de oliva. El último paso es aromatizarlas con almíbar o con azúcar y canela según el gusto de cada persona.

Pasada la Semana Santa, llega el lunes de Pascua y con ella una de las tradiciones culinarias más arraigadas entre los niños de la provincia. La mona de Pascua es tradición que se la regalen los padrinos a sus ahijados. De hecho, el nombre viene de la palabra munna, que significa obsequio. La versión tradicional está formada por un bollo de mantequilla y huevo duro, pero actualmente se han popularizado las monas de chocolate fabricadas en múltiples formas y combinando chocolate negro, con leche o blanco para gustar a grandes y pequeños. En Castejón de Monegros, durante este día se prepara la cesteta, un bollo con aroma de anís que tiene un huevo en el medio y que se asemeja a la mona tradicional.

Mona de Pascua en Fraga. Fotógrafo: José Díaz
Refranes del territorio y saberes populares
"A buen hambre no hay pan duro".
San Jorge

El día de San Jorge también se celebra en la provincia alrededor de una mesa. El lanzón de San Jorge es el dulce típico en esta fecha. Está hecho a base de bizcocho, nata, turrón y yema tostada repartidos en capas para endulzar los paladares de todos los que lo prueben. Además, en algunos pueblos de la provincia tienen alimentos típicos para conmemorar a este santo. Es el caso de El Tormillo, núcleo perteneciente a Peralta de Alcofea en el que se comen sardinetas. Por su parte, los vecinos de Grañén se reúnen en el parque de Don Julián para compartir una caldereta.

El cerro de San Jorge se convierte en el punto neurálgico de la celebración gastronómica en la capital oscense. Se reparte la tradicional Torta de San Jorge para culminar un día que demuestra la vinculación de la gastronomía y las tradiciones durante el mes de abril.

Celebración del día de San Jorge en Huesca. Fotógrafo: Rafaél Gobantes.
Lanzón de San Jorge. Archivo Heraldo.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *